lunes, 13 de mayo de 2013

TRABAJO DE CLASE


Historia de mi muerte.

Aquella noche estaba demasiado cansada. Harta de todo necesitaba un ratito para mí, mimarme un poco. Decidí entonces darme uno de esos baños tan relajantes en los que se echan salen de colores y de olores tan placenteros, con velas aromáticas, música chill-out.
Ya preparado todo, comencé a llevar la bañera con agua tibia; entonces, al meterme en la bañera…. ¡PUM! Resbalé y me golpeé con el grifo en la cabeza.
Tras unos minutos sin conciencia desperté aturdida. ¡Un momento! ¡Hay alguien en mi bañera! ¡Está sangrando! Intenté dar a ese cuerpo inmóvil la vuelta para poder verle el rostro. Era una mujer, eso estaba claro, pero – tonta de mi – no caía en la cuenta de quien podía ser…
Por más que lo intentaba me era imposible cogerla, tocarla, sentirla… De repente, recordé todo: el estrés, el baño, la caída. ¡Era yo quién flotaba en ese agua teñida de rojo y con olor a rosas!
Desesperada intenté llamar a los vecinos, escapar de aquella horrible pesadilla… de aquél cuarto. El sonido del agua rebosando y cayendo al suelo del baño me estaba atormentando.
Más calmada, admitiendo lo sucedido, opté por buscar ese túnel de luz del que había oído hablar. Busqué y busqué pero en vano… ahí no aparecía nada. Las horas pasaban y esa habitación cada vez estaba más llena de agua. Cuando de repente… ¡¡¡RING!!!
El timbre sonó. Eran los vecinos de abajo… he debido de crearles una gotera con todo esa agua vertida durante toda la noche.
Al ver que no abría, llamaron a la policía, que finalmente abrieron y descubrieron ese horrible escenario.
No sabía como ayudarles, tal punto de angustia me invadía que no conseguía alcanzar el camino correcto hacia una libertad pura. Ver más en adelante a mi familia, amigos y conocidos destrozados me partía el corazón.
Durante todo este tiempo les he apoyado en su proceso de aceptar lo sucedido. Este es mi nuevo estilo de vida, con sus pros y sus contras, he aprendido a aceptarlo. Ahora me considero su ángel de la guarda, ayudándoles, apoyándoles en todo lo que haga falta.

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